No son precisamente pocas las sagas que parecen ser explotadas hasta el cansancio por las distintas firmas desarrolladoras. Pero a pesar de ello hay algunas que parecen saber mantener el éxito y nunca llegan a aburrir. Tal vez dentro de este grupo podríamos colocar a Fire Emblem, la cual sacó a la luz una nueva entrega a mediados de marzo pasado. Se trata de Fire Emblem: Radiant Dawn, la cual se puede disfrutar a través de la plataforma Wii y que ha contado tanto con el desarrollo como la distribución de la gente de Nintendo.
Este producto, que ingresaría dentro del género rol y que está a la venta a un precio que ronda entre los 50 euros, en cuanto a su jugabilidad tiene dos características centrales. Una que es extremadamente complicado y otra es que también es muy largo. A lo hora de echarle mano se nos presentarán dos posibilidades, una será abordarlo como terrorista, quien comanda a su gente de manera kamikaze sin importarle quién muere en batalla; y la otra es actuar como estratega, evitando por cualquier medio que alguno de nuestro ayudantes muera por sernos fiel. Claro que esta última chance es la más compleja, aunque a su vez la más atractiva para los amamantes de la táctica.
En tanto gráficamente no se observan mejoras importantes, de hecho parece pertenecer a la generación anterior. Si bien algunos escenarios se muestran detallados ello no implica que sean agradables ni mucho menos. Lamentablemente tampoco es positivo el trabajo realizado sobre el diseño o la animación de los distintos personajes.
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